Hola domingo! Hoy tenemos un post de esos que echan la vista atrás. A medida que el blog avanza y crece, cada vez apetecen más este tipo de entradas. No sabéis lo emocionante que es darle a una de las etiquetas (especialmente las que son DIY nosotras!) y reencontrarse con contenidos, ideas y post de los que ya casi no te acordabas. Tantos recuerdos ya en todo este tiempo vinculados al blog. Y tantos DIY, colaboraciones, post de todo tipo, diseño gráfico y fotografías.

Hoy vamos a hacer un pequeño recorrido por esas imágenes tomadas con mi cámara, con toda la ilusión del mundo y poca técnica, la verdad. Como ya he dicho más de una vez, hace años que trabajo como diseñadora gráfica y es algo que, poco a poco, te va afinando el ojo. Todo está relacionado en el diseño. Cada imagen que vemos, cada detalle que captamos que nos gusta, cada atardecer, cada sonrisa, cada día... Todas esas pequeñas cosas se van quedando dentro y nos ayudan a saber qué queremos reflejar también cuando disparamos con una cámara. Captarlo, en mi humilde opinión, es muy difícil. A veces se consigue, otras no.

Las fotografías del blog, que sabemos que casi siempre os gustan, han estado sacadas siempre un poco por instinto. Inspiradas fundamentalmente en lo que a mí me gusta ver. Ésa es la base. Y lo que creo que debe primar, porque es lo que las hace diferentes (para bien o para mal).

Sin embargo, hacía tiempo que echaba en falta un poco de técnica. Ésa que te ayuda cuando ya no llegas a los resultados que persigues. Con ella comprendes por qué pasan las cosas y también por qué no salen por mucho que te empeñes. Así llegué a los fantásticos cursos de Eva, de La bici Vermella. Fue muy fácil decidir que quería hacer uno: son exactamente lo que uno necesita cuando quiere ir un paso más y sentirse seguro con sus fotografías.

El curso terminó hace unas semanas y os puedo confirmar que he aprendido cosas muy interesantes. Me ha dado seguridad a la hora de entender y valorar cosas que ya hacía por puro instinto; me ha dado armas cuando me enfrento a fotografías difíciles (la sesión para Ikea con niños fue todo un reto) y me ha guiado a la hora de pasarme al formato RAW (sí, lo sé, no tengo perdón!!).

Es un curso sencillo, fácil de seguir y que te explica con palabras que entendemos conceptos un poco más complejos. Sin rollos ni paja. al grano. Y con prácticas (que confieso no hice la mayoría por falta de tiempo... Mala alumna que soy!). 

Os dejo con una selección de imágenes que corresponden a post publicados en PetiteCandela. Hay una clara evolución en la fotografía, aun que creo que queda un largo camino por recorrer. Aún así, os aseguro que cada vez que capto un momento como me gustaría, soy feliz como una perdiz. Y, es que es lo que tiene la fotografía: que emociona :)

Buen domingo!

Hoy puede ser un día perfecto para salir a disparar fotos bonitas.

Coralia

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