Buenos días! El blog vuelve a la rutina normal de publicación después del típico parón veraniego de todos los años. Conste que me propongo publicar algún post en verano, se me ocurren ideas que me gustaría compartir, o suceden cosas que siempre me apetece contaros. Sin embargo, aunque el primer año de blogging no paré en verano sé de sobra que es algo que necesito. Y creo que vosotros también. Jeje!
Dicen por ahí que septiembre es "otro inicio de año" y estoy totalmente de acuerdo. Este curso se presenta a tope de trabajo, de cosas que me muero por contaros, y de renovación: tanto personal como profesionalmente las cosas van a cambiar (o ya lo están haciendo!) y mucho. Reencontrarme con la oficina, con mis cosas, materiales, proyectos pendientes etc ha sido todo un gustazo! Y no sabéis las ganas que tengo de traerme mi nueva cafetera NESCAFÉ Dolce Gusto para el descansito de las 12!! jeje!
Y es que, como os decía al principio, hay cosas que han ocurrido durante el verano y que tenía ganas de contaros. La experiencia con esta cafetera es una de ellas. Desde NESCAFÉ Dolce Gusto me la hicieron llegar hace ya varias semanas y, aunque tenía ganas locas de compartirlo con vosotras, este tiempo extra me ha venido genial para que en casa probemos todos los sabores (que no son pocos, os lo aseguro) hasta encontrar con nuestro favorito. Ahora os cuento!
Lo primero que quiero deciros es que el modelo de cafetera que veis en las fotografías es el Drop (hay más cafeteras, que también podéis verlas aquí, por si os gustan más). En la barra DIY de mi cocina queda perfecta, y en color blanco no puede ser más bonita. Ni siquiera me importa que se vea el cable, que va forrado de algodón y es un color rojo ideal para este tipo de electrodomésticos. La cafetera tiene un diseño inspirado en una gota de café, además de bonita resulta que es práctica, calienta el agua rapidísimo, el café huele de maravilla y sale con su
cremita, y si no la utilizamos, se apaga sola en un rato. Sencillamente, genial. Os la recomiendo con los ojos cerrados.
En cuanto a las cápsulas, hay dos cosas que me convencen especialmente. Por un lado, tienen mucha variedad de espressos, chocolates, tés, y aunque hay bebidas diferentes, con toques de vainilla etc, también te puedes hacer un café de "toda la vida" que en el fondo, es lo que muchos echábamos de menos en este tipo de producto. Lo segundo, es que las cápsulas las encuentras en muchos supermercados, y otros establecimientos, y opino que eso nos facilita mucho la vida a los que andamos todo el día de cabeza.
Como os contaba, en casa ya tenemos todos nuestros sabores favoritos, y como teníamos muuuuchas cajas con las cápsulas, finalmente decidí hacer un DIY para que estuvieran un poco más ordenadas, a la vista y además con un toque personal. En principio pensaba en poner la típica pintura de pizarra en los botes y dibujar con tiza, pero la verdad es que últimamente estamos "flipados" en casa con los rotus de cristal, así que nos pareció la solución perfecta al desorden de las cápsulas.
Espero que os guste y que la probéis, porque es fantástica!
Buen día!
Coralia.
Fotografía por PetiteCandela
*Post en colaboración con Nescafé DolceGusto